Cabalgando al Tigre

viernes, 23 diciembre, 2005

Sobre los Yuga (y III)

Filed under: Tradición Hindú — by Aspirante a domador @ 10:29 am

Mundo.jpg«La vida de Brahmâ (o vida del universo) está dividida en mil ciclos llamados Mahâ-Yugâ, o Gran Año [o Kalpa]. El Mahâ-Yugâ durante el cual aparece y desaparece la especie humana está dividido en […] 14 Manvantara.» (Linga Purana, 1.4.7) 
 Cada uno de estos Manvantara está dividido a su vez en cuatro edades o Yuga, presentando un declive gradual de los valores espirituales al mismo tiempo que una progresiva materialización (probablemente en todos los ámbitos, incluso en el sentido de “solidificación” del mundo físico, por extraño que esto pueda parecer).

«La duración relativa de las cuatro edades es respectivamente de 4,3,2,1.» (Linga Purana, 1.4. 3)
Las cuatro edades son llamadas: Krita Yuga, Tretâ Yuga, Dwâpara Yuga y Kali Yuga. Tienen una duración aproximada, respectivamente, de 24.000, 18.000, 12.000, y 6.000 años. Estos Yuga corresponden, en opinión de Guenón, Georgel y otros, a las cuatro edades de la tradición latina nombradas por Hesiodo, Ovidio o Virgilio: Edad de Oro, Edad de Plata, Edad de Bronce y Edad de Hierro.Las cuatro edades son llamadas: y. Tienen una duración aproximada, respectivamente, de 24.000, 18.000, 12.000, y 6.000 años. Estos corresponden, en opinión de Guenón, Georgel y otros, a las cuatro edades de la tradición latina nombradas por Hesiodo, Ovidio o Virgilio: Edad de Oro, Edad de Plata, Edad de Bronce y Edad de Hierro.Y puesto que estamos, según la tradición hindú, desde hace unos 5.000 años en el Kali Yuga, ahora hay que afrontar el espinoso tema del “final” del mundo. Entrecomillo “final” porque conviene dejar claro que lo que acaba es un Manvantara, en concreto el 7º de los 14 de este Kalpa, es decir, termina la era de Manu, regente de la raza humana. Lo que esto significa en términos “operativos”, quién lo sabe. Así que vaya por delante que el fin de UN mundo, nuestro mundo, no implica (ni excluye, por supuesto) una destrucción de todo a todo los niveles, pero seguro que sí una trasformación de algún tipo, y seguramente bastante “traumática”. A continuación y tras esta aclaración, daré 3 de los cálculos de ese fin de nuestro mundo (o quizá del mundo como lo conocemos):

Las cuatro edades son llamadas: y. Tienen una duración aproximada, respectivamente, de 24.000, 18.000, 12.000, y 6.000 años. Estos corresponden, en opinión de Guenón, Georgel y otros, a las cuatro edades de la tradición latina nombradas por Hesiodo, Ovidio o Virgilio: Edad de Oro, Edad de Plata, Edad de Bronce y Edad de Hierro.Y puesto que estamos, según la tradición hindú, desde hace unos 5.000 años en el , ahora hay que afrontar el espinoso tema del “final” del mundo. Entrecomillo “final” porque conviene dejar claro que lo que acaba es un , en concreto el 7º de los 14 de este , es decir, termina la era de , regente de la raza humana. Lo que esto significa en términos “operativos”, quién lo sabe. Así que vaya por delante que el fin de UN mundo, nuestro mundo, no implica (ni excluye, por supuesto) una destrucción de todo a todo los niveles, pero seguro que sí una trasformación de algún tipo, y seguramente bastante “traumática”. A continuación y tras esta aclaración, daré 3 de los cálculos de ese fin de nuestro mundo (o quizá del mundo como lo conocemos):

 

René Guenón

Alain Danielou

Gaston Georgel

Krita Yuga
   

(Edad de Oro)

25.920 años (62.800 a.C. a 36.880 a.C.) 24.194 años. (58.042 a.C. a 33.848 a.C.)

25.920 años (62.770 a.C. a 36.850 a.C.)

Tretâ Yuga
   

 (Edad de Plata)

19.440 años (36.880 a.C. a 17.440 a.C.)

18.145 años. (33.848 a.C. a 15.703 a.C.)

19.440 años (36.850 a.C. a 17.410 a.C.)

Dwâpara Yuga
   

 (Edad de Bronce)

12.960 años (17.440 a.C. a 4.480 a.C.)

12.097 años. (15.703 a.C. a 3.606 a.C.)

12.960 años (17.410 a.C. a 4.450 a.C.)

Kali Yuga   

(Edad de Hierro)

6.480 años (4.480 a.C. a 2.000 d.C.)

6.048 años. (3.606 a.C. a 2.442 d.C.)

6.480 años (4.450 a.C. a 2.030 d.C.)

Conviene advertir que, en el caso de Guenón, estos cálculos tenían sólo carácter de aproximación. Georgel, por el contrario, pretende ser más preciso. En el caso de Danielou, ignoro cuán fiables los consideraba. Georgel, además, aporta otros datos para apoyar su tesis:

“Sin remontarnos hasta los Padres de la Iglesia que atribuían ya 2.000 años de vida a la Iglesia, haré notar que el «Fin de los Tiempos» ha sido anunciado muy claramente, explícitamente, en la «Profecía del Rey del Mundo» publicada por el escritor F. Ossendowski, en su libro «Bestias, Hombres y Dioses» (Ed. Plon, París, 1923). Esta profecía, de origen mongol, decía, en efecto esto: «en el año quincuagésimo (tras el 1891), solamente tres grandes Reinos aparecerán, que perdurarán durante 71 años. A continuación, habrá 18 años de guerras y de destrucciones. Entonces los pueblos de Agharti saldrán de sus cavernas subterráneas y aparecerán sobre la superficie de la tierra. Ya que la última fase designa el «Fin de los Tiempos», se ve que la fecha de este sería: 1891+50+71+18=2030. Por otro lado, la Profecía de los Papas, llamada de «san Malaquías», cuya clave numérica (basada sobre el número 111) ha sido encontrada por Raoul Auclair [yo recomendaría la excepcional obra al respecto de J.M. Igartúa, “El enigma de la profecía de San Malaquías sobre los Papas”, Ed. Acervo, 1976], daría: 1143+8 veces 111=2031.” (Gaston Georgel, Chronologie des Derniers Temps, Arché, Milán, 1986).

martes, 20 diciembre, 2005

Una precisión «editorial»

Filed under: Notas "editoriales" — by Aspirante a domador @ 8:29 am

Tigre.jpgQuizá debiese haberlo hecho en el primer post, pero puesto que no lo hice, quisiera aclarar algo que puede no resultar obvio y evitar de este modo cualquier mal entendido. No me gustaría que nadie creyese que lo que aquí comento a título personal lo tengo por verdad axiomática. Primero, esto es un blog, lo que inevitablemente y por su propia naturaleza obliga a un tono y a una visión personal, y segundo, nada de lo por mí dicho puede ni pretende ser irrefutable; quede claro mi no adhesión inquebrantable a visión alguna del mundo: tengo sin duda mis tendencias, pero mis verdaderas convicciones son muy pocas… y casi todas revisables, en función de su capacidad de explicar el mundo. Esto me recuerda a una entrevista (¿publicada acaso en aquella revista de los años 80 llamada Cielo y Tierra que dirigía Daniel Bonet?) en la que le preguntaban a Ananda K. Coomaraswamy por qué se sentía afín a la escuela tradicional (llamémosla así), a lo que contestó que, de las cosmovisiones que él conocía, era la que mejor y más coherentemente explicaba el mundo. Pues eso.
Para terminar, una declaración de intenciones: este espacio no pretende exponer exhaustivamente “doctrina” alguna, sino más bien abrir líneas de investigación y pensamiento que, por su carácter, no pueden ser más que personales. La profundización en las mismas depende del lector. Ni que decir tiene que cualquier opinión, visión o especulación acerca de la naturaleza del hombre o de lo que está ontológicamente por encima y por debajo de él, es muy bienvenida. Gracias a todos por vuestras colaboraciones, amigos.

lunes, 19 diciembre, 2005

Sobre los Yuga (II)

Filed under: Tradición Hindú — by Aspirante a domador @ 7:19 am

kingcrimson.gifContestando (en lo que me es posible) a las cuestiones planteadas por Hermanita en lo que a mi anterior post se refiere, y considerándolas de «interés general», las cuelgo en un nuevo hilo:

«¿Podríamos decir que el día de Brahmâ y la noche de Brahmâ son ciclos que abarcan otros ciclos?» 

Sí, efectivamente. La Noche y el día de Brahmâ simbolizan respectivamente la inspiración de la Divinidad, en la que la manifestación es «reabsorbida», y la espiración, en la que la manifestación acontece de nuevo. Preguntarse por el sentido último de por qué esto ocurre es intentar penetrar la «naturaleza» (permítaseme el abuso y entiéndase analógicamente) de la Divinidad: no tengo la menor idea. Este aspecto tiene su equivalente análogo en nuestro ritmo respiratorio; se podría decir que, desde el punto de vista del hinduismo, cada vez que la Divinidad respira, crea y destruye el mundo.

“¿Pero qué pasa durante la noche de Brahmâ? ¿Acaso no será un simple concepto sin contenido creado por necesidad, por la “ley de los opuestos”, como simple contrario y complementario al día de Brahmâ?”

Ten en cuenta que la metafísica se mueve más allá de los pares de opuestos, que evidentemente no pueden existir más allá de la manifestación. Por tanto, entiendo que la Noche de Brahmâ es una forma simbólica de referirse a un “período” (aunque esté mucho más allá del tiempo) de no-manifestación del que nada se puede decir, en el que el Cosmos no existe. Lo que me pregunto es por qué atribuirle una duración, en concreto la misma que al Día: pensándolo se me ocurre ahora que esto sea así para expresar simbólicamente que ambas, inspiración y espiración, no-manifestación y manifestación, tienen desde el punto de vista de Brahmâ exactamente la misma importancia, aunque no sea así desde el punto de vista ontológico. ¿Qué opináis, os parece pertiente la explicación? ¿Se os ocurre alguna más?

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